martes, 15 de abril de 2008

Desde el BAFICI 2008: The mourning forest, de Naomi Kawase


Una película especialmente conmovedora en la programación del BAFICI es The Mourning Forest, de Naomi Kawase. La cinta cuenta el desarrollo de un creciente vínculo entre dos personas que comparten el sufrimiento del luto. La pérdida de un ser querido es pensada en este filme en términos místicos y filosóficos, mostrando diversas reacciones ante la muerte y el paso del tiempo sin la persona amada.

Se puede hablar de muchos aspectos del filme, profundizando por ejemplo en su retrato de la naturaleza como reflejo y escenario de las emociones de los protagonistas: un hermoso bosque que se contrasta con la fría ciudad en la que vive Michiko, la joven que ingresa a trabajar en un centro para ancianos. El bosque es primero un espacio de juegos donde el anciano Shigeki y Michiko estrechan lazos, para luego ser un lugar agreste donde deambulan, tan perdidos como andan por la vida desde la muerte de sus familiares. También podríamos hablar de la fotografía, luminosa en los momentos de aparente paz – islas de tranquilidad en medio del dolor – y poderosamente expresiva en, por ejemplo, la intensa escena de la fogata, cuando Michiko se desnuda para darle calor a Shigeki.

Sin embargo, consideramos que lo más resaltante de la película son las emociones que se despiertan a través de todos los elementos del lenguaje cinematográfico. Las largas tomas que siguen a los protagonistas en su deambular por el bosque, los escuetos pero significativos diálogos, la dirección de actores que privilegia los momentos de explosión para describir el estado anímico de sus personajes, hacen que una simple historia que se podría reducir en pocas palabras se transforme no solo en una pieza visual de refinada belleza, sino también en una delicada reflexión sobre la vida y la muerte, y especialmente, sobre la diaria batalla de vivir sin la persona que ya no está. The mourning forest nos demuestra que tarde o temprano se puede aprender a (sobre) vivir después de una muerte, y que el luto es una experiencia vital que nos ayuda a reconciliarnos con las fronteras de nuestra existencia.

Natalia Ames

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Natalia Ames es un seudónimo de Paulo Coelho?

Anónimo dijo...

La descripción de la película recuerda a La balada de Narayama, también japonesa.

Anónimo dijo...

Las mejores películas sobre la muerte y el recuerdo de los difuntos:

La habitación del hijo
Gritos y susurros
La habitación verde
La función debe seguir
Los cuentos de la luna pálida